Últimamente he escuchado con mayor frecuencia una frase que llama poderosamente mi atención y no es otra que “Ahorita el que es feo es porque no tiene real”. Aunque lastimosamente en estos tiempos la verdad sea esa, “la vanidad” a mi entender no ha traído efectos positivos para nuestra sociedad a no ser que vendas ropas de marca, teléfonos celulares de última generación, te dediques a “borrar” narices defectuosas o simplemente a “enchular” con dos poderosas razones de silicón “el parachoques” de las que fueron condenadas a vivir desde su adolescencia en el tristemente célebre “reino de planilandia”. Con la llegada del Facebook y otras redes sociales el ser humano actual ha dejado los sentimientos verdaderos un lado para dedicarse a posar en cualquier parte de la casa, campo u oficina en busca del ángulo deseado para así poder ser aceptado por un grupo en particular, olvidando que la belleza externa no lo es todo o por lo menos así pienso yo que no porto un bisturí en la mano, afilado y listo para cortar defectos, pesadillas y chequeras…
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