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"Prohibido tener la mente en blanco"



martes, 9 de noviembre de 2010

El largo brazo del Karma

Cierto día iba con mi papá en el carro de la compañía donde ha trabajado desde que lo conozco, debido a la premura que teníamos en ese momento mi viejo quiso ser más listo que los demás (aunque esto nunca debe hacerse) y después de cerciorarse de que no viniera ningún carro, procedió a “comerse la luz” con tan mala suerte para nosotros que apenas cruzamos nos intercepto una patrulla vial, la cual nos hizo señas de que nos paráramos a la derecha.
Yo vi a mi padre con desaprobación como reclamándole ¿viste? El solo sonrió antes de bajarse del vehículo a darle la cara al oficial que por el espejo retrovisor no se veía para nada amigable. Esperé creo que menos de cinco minutos que inevitablemente nos pusieran la multa, en eso mi papá se subió de nuevo al carro y como si nada arrancó, yo lo veía asombrado así que sin reparos pregunte:
-¿Qué paso? 
Y él me respondió con una sonrisa picara:
-Nada tranquilo, el fiscal me preguntó ¿sabe por qué lo detengo verdad?
Y yo le conteste:
-Si señor porque me comí la luz.
-¿Aja y entonces que vamos a hacer?
-Bueno señor agente yo me comí la luz pero ahora usted se va a comer un pollo frito, le di 50 y listo aquí estamos de nuevo.
Todo el camino no pare de reír hasta que el me expreso:
-Sabes hijo creo que eso es lo que llaman karma.
-¿Karma?
Si esa vaina que me dice siempre tu mamá que “todo lo que haces se te devuelve”
-¿Por qué lo dices?
Porque no es la primera vez que me paran, un día me detuvieron en una alcabala cuando llevaba una encomienda y el guardia que me abordo en ese momento me dijo:
-No debería viajar como una luz trasera rota.
-Si lo sé señor agente. Respondí.
-Bueno eso hay que arreglarlo de alguna forma, dijo haciéndome con sus dedos índice y pulgar la señal de dinero. Yo pensé bueno ya que más da me agarro “el martillo” y me dispuse a sacar la cartera para pagar pero rápidamente fui objetado por el uniformado que me dijo:
-¡No chico! aquí no que allí esta mi jefe viéndome ¿tú eres loco?
-¿Y donde entonces? Pregunte confundido.
-“Tíramelo en la gramita” dijo antes  de señalar con su boca un pisito enmontado ubicado unos 5 metros más adelante. Antes de arrancar me recordó:
-¡Déjame allí uno de los verdecitos! Haciendo alusión al billete de 50 (tú sabes el del oso frontino).
-¿Y entonces viejo? Sonando muy intrigado yo.
Bueno entonces yo seguí las instrucciones al pie de la letra y estacionado frente a la “gramita”  mientras sacaba el billete que me pidió el guardia, me acorde que tenía en “la caleta” de mi cartera también dobladito para la buena suerte un billete de 20 viejísimo con la cara de Páez.
-¿Y?
Y allí están los 50 que acaba de recuperar el karma.

 

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