Después de la muerte repentina de un familiar muy querido, intentando despejar la mente caminaba por la playa con mi pequeño hijo de cinco años cuando me pregunto:
-¿Papi por que el mar es tan salado?
-¿Papi por que el mar es tan salado?
Hice silencio por unos segundos y después de un largo suspiro respondí lleno de tristeza:
-Hijo el mar es tan salado porque allí van a dar todas las lágrimas del mundo.
-¿Es decir que cuando alguien llora sus lágrimas vienen hasta acá?
-Sí.
-Ah ya entiendo porque es tan grande.
Al escuchar tal razonamiento de alguien tan pequeño rápidamente recupere la cordura y aclare:
-Es grande porque la tristeza del hombre es grande pero mas allá del mar debe haber algo bueno.
-¿Qué?
Me agache para quedar a su altura, tomando su pequeño rostro y apuntándolo hacia el horizonte comencé a decir:
Hijo más allá del mar donde la vista se nos pierde en ese cielo adornado por gaviotas, donde el silencio solo es interrumpido por la brisa que zumba en tus oídos, allá donde tal vez en algún lado hay alguien igual a ti; quizá triunfando donde tu saliste derrotado, riendo donde tu lloraste y superando adversidades donde tu quizás huiste. Allá donde se mezclan esos dos azules haciendo uno solo y el sol luce imponente en la lejanía, allá van a dar todos los suspiros, y las oraciones que vagan errantes en las aguas dentro de una botella hasta que son leídas por “alguien”. Allá donde los pensamientos nos tele transportan cuando aquí todo se pone mal, en aquel sitio que solo puedes sentir cuando tus pies descalzos se combinan con la arena mojada de la playa. Allá la felicidad te mira directamente a los ojos sin sentir vergüenza, las alegrías huelen a“abrazo en familia” y las sonrisas tienen dedicatoria…
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